sábado, 18 de octubre de 2014

Dormir es gratis...

La última vez que escribí en el blog me debatía entre la pereza y la responsabilidad. Aún no llevaba ni un mes aquí y aparte de las clases, poco era lo que había pasado. La pérdida del hábito de estudiar, sumado a lo que aquí exigen, me tenía loco.

Pasado un mes, la motivación me sobra y hasta miedo me da lo productivo que me estoy volviendo. Aunque sigo incluso con más de lo que venía haciendo, ya tengo el ritmo cogido. Llevo seis exámenes (en dos meses que ni llevo aquí) y hasta el momento han salido muy bien, tan bien que como me descuide saco hasta notazas. Una vez deje el “mal” hábito de dormir 10 horas diarias, algo más de provecho sacaré.
Con todo eso, ya dos profesores me han dicho que sería una buena idea que expusiera en alguna conferencia de educación algún tema que me llame la atención. Lo pongo aquí, porque aunque esté cagado de miedo, va a ser un reto que tendré que cumplir para el año que viene. 
Dejando las clases de lado, asunto que ocupa el 80% de mis días, quedan el fútbol y el gimnasio. En lo primero, estoy encantado de haber encontrado un buen grupo de amigos que comparten una misma pasión. Fue una de las ideas que tuve antes de venirme y, para variar, ha salido bien. Sin duda, ha sido la clave para empezar a conocer más gente en la universidad y para desconectar todo el agobio de las clases. Este fin de semana tenemos dos partidos, sábado y domingo (uno que se había cancelado por el tiempo). En cuanto al gimnasio, más de lo mismo, cualquier día que vaya ya encuentro gente conocida y siempre con la misma pelea de ganar un poco de peso (“el lunes empiezo, ¿no patrón?”). 

Todavía tengo muchísimas cosas que hacer aquí. De momento, ya vi mi primer partido de fútbol americano, otro de softball, me llevaron a una casa embrujada y a un bar/discoteca de música country. Parecía una película con sus botas, sombreros y sus bailes a lo Coyote Dax. 


Eso es todo por hoy, nos vemos pronto =)

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