domingo, 22 de febrero de 2015

¿Por qué debes coger vuelos con escalas largas?

Planeando mi vuelo Houston-Gran Canaria y Gran Canaria-Houston siempre tuve en mente quedarme unos días en Madrid (con la fortuna de tener siempre donde quedarme a dormir) y en la posibilidad de ver a unos amigos turcos del Erasmus a la vuelta en mi escala en Estambúl. 

Una vez con esa idea, mirar las diferentes opciones de vuelo y la cantidad de horas que la escala tenía. Diez horas, teniendo en cuenta que llegaba sobre las 5 am iban a ser más que suficiente para, al menos, desayunar juntos. 

Todo siempre pinta bonito sobre el papel, o al menos, en mi cabeza y al final ninguno de los de allí pudo venir. Y entonces empecé a buscar durante el vuelo típicos posts en internet de “qué ver en Estambúl en un día” hasta que acabé con un plan algo similar a éste:

- Comprar el visado. Una vez llegas al aeropuerto hay que comprar el visado para entrar a Turquía. Cuesta 30 dólares o 25 euros. 

- Dejar el equipaje de mano en consigna para ir más rápido y evitar un poco la pinta de turista. 

- Coger el metro, opción más viable y barata sabiendo que iba a ir sólo. Abría a las 6 de la mañana así que me venía de lujo. Cada viaje en metro sale 4 libras turcas (1,50 €), desde el aeropuerto se va a la parada de Zeytinburnu y de ahí se cambia al tranvía que te lleva al centro. En 50 min se llega. 

- Visitas esenciales: 
  • Santa Sofía
  • Mezquita Azul
  • Palacio de Topkapi
  • Gran bazar
  • Puerto de Eminonu y Puente de Galata

- Vuelta al aeropuerto. 

La realidad:

Me bajo del avión, busco el sitio para sacarme el visado y me encuentro a un hombre hablando con la señora del mostrador sobre cómo se llegaba al centro, que tenía su vuelo en 12 horas y que quería ir a ver la Mezquita Azul. Como la señora parecía no tener la mayor idea, le dije que yo también tenía la misma idea de ir al centro, que había hecho un poco de búsqueda de información sobre cómo llegar  y cuál sería la mejor opción en base a lo que buscara. Después de hablar un poco con él para conocerlo mejor, me dijo que era de Bangladesh, que era ingeniero y que después de estudiar en Canadá se había quedado a trabajar allí. Viendo que parecía inofensivo y confirmando que tenía que volver al aeropuerto para su próximo vuelo le dije cuál era mi plan y le pregunté si quería unirse. Él estaba en sus 35 años por ahí y le dije que ésos eran los lugares que yo quería visitar, que no me importaría para nada que viniera pero que si tenía que correr para ver todo a tiempo, lo haría. Y así hicimos. 

Llegamos a la Mezquita Azul a las 6:50 am y al entrar, aún amaneciendo, nos apareció un hombre preguntando si éramos musulmanes y que la mezquita no abría hasta las 9 para turistas. Al final con el hecho de que el compañero de viaje sí lo era acabé entrando en una misa en la increíble mezquita azul en horario de puertas cerradas para el turista. Como no sabíamos bien cuándo quitarnos los zapatos, lo hicimos antes de la cuenta y acabamos caminando por suelo mojado a 2 grados hasta llegar al sitio donde sí había que quitárselos. Fuerte frío, acabamos el resto del día sin calcetines. Una vez dentro, me quedé sorprendido por lo grande y bonita que era y me sentí privilegiado de estar en un sitio como ése, en un momento en el que teóricamente estaba cerrado para turistas como yo. Independientemente de la religión que siga uno (si es que sigue alguna) fue algo bonito, a pesar del “sabroso” olor a pies. 
Mezquita Azul
De ahí nos fuimos a Santa Sofía y después esperando a que abriera el Palacio de Topkapi de cara al público nos fuimos al Puerto de Eminonu a sacar unas fotos y comer algo. Encontramos unos dulces riquísimos de canela por un precio baratísimo, así da gusto. Tiramos unas fotos y nos volvimos al palacio. Una vez dentro, visita rápida, otras fotos y de vuelta al aeropuerto. 
De izqda a dcha y de arriba hacia abajo: dulces, Palacio Topkapi, Puerto Eminonu y Santa Sofía.
Nos quedamos con muchas ganas de ver el Gran Bazar pero al ser domingo, estaba cerrado. Ya tengo excusa para volver. 

Y así terminó todo, con una nueva aventura, con un nuevo amigo de Bangladesh y con ganas de seguir viajando. 


PD: a sabiendas de que la gente está más por la labor de aprovechar esas horas “muertas” en el aeropuerto, la compañía Turkish Airlines ofrece una guagua/bus turístico gratuito para toda esa gente que está en tránsito. Y si alguno se preguntó cómo busqué toda esa información durante el vuelo, también ofrecen Wifi (de pago, 9€/24 horas) en vuelos internacionales. Y no, no trabajo para ellos, pero hay que reconocer lo bueno.

1 comentario:

  1. Muchísimas gracias, me alegro que te haya gustado! Mucho ánimo para tus exámenes.

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