Coged las rosas mientras podáis

No me voy a engañar, la memoria nunca ha sido una de mis virtudes. Y es que puedo olvidar cosas que te dije hace tres minutos y acordarme de otras de años y años atrás.  Cosas del tipo: la ropa que llevaba tal día, el comentario que me hizo alguien, el frío que hacía cierta mañana…  Y el caso es que me acuerdo prácticamente de todo lo relacionado con la película de "El club de los poetas muertos". Recuerdo el día que el profesor de Teorías e Instituciones propuso el trabajo. Recuerdo dónde estaba sentado, la persona que me la prestó, dónde la vi y la de veces que la paraba para tomar notas. Aquí les dejo un pequeño extracto del trabajo que hice allá por el 2008-2009, de los pocos que disfruté haciendo en la carrera:

[En la Academia Welton, los conceptos de progreso, educación, igualdad y razón formaban parte de todos los profesores pero no tenían en cuenta el concepto de libertad y felicidad. Quizás el de felicidad a su manera, pensando que el estudio autoritario sentaba las bases de un excelente aprendizaje. Pero probablemente un aprendizaje de máquinas, no de personas. El señor Keating (Robbin Williams), además de tener los anteriores conceptos, da vital importancia al concepto de libertad y al de felicidad. Hecho diferenciador entre él y el resto de profesores.  Él cambia la visión de la escuela en sus clases de literatura, abandona el autoritarismo, da espacio a la creatividad y a la espontaneidad.  Sobre el concepto de felicidad, es la consecuencia del de libertad, porque cuando uno hace lo que quiere y quiere lo que hace en ese momento es feliz.

El señor Keating desde un principio propuso  algo nuevo para sus estudiantes con el inicio de un poema “coged las rosas mientras podáis”, este hace alusión a la expresión latina del sentimiento CARPE DIEM (aprovecha el momento), el vivir sin arrepentimientos y haciendo lo que se quiere pero siempre dentro de unos márgenes.  Esta filosofía engloba ambos conceptos, libertad y felicidad, el uno como consecuencia del otro.]

En cuanto al profe, Toni Almeida, es de los pocos que aportaban algo diferente, aunque me solía escaquear de algunas de sus clases  recuerdo que siempre que iba, la energía que trasmitía enganchaba, no sólo se limitaba a su materia, siempre hablaba de la importancia del inglés y de salir de la isla (qué razón tenía…).