martes, 13 de octubre de 2015

7 meses dan para mucho...

Hacía ya 7 meses en los que, desgraciadamente, había dejado de escribir en el blog.  Y digo desgraciadamente porque hace poco volví a leer todas las entradas y es, sin duda, la mejor forma de recordarme los buenos momentos que he tenido la suerte de vivir, que a veces olvido, y que me ayudan a seguir teniendo fuerzas cuando los momentos no tan buenos llegan. Espero seguir manteniendo el blog mientras siga viviendo fuera de "casa" y seguir contando las cosas que van pasando dondequiera que esté.

¿Qué pasó en todo este tiempo?

Marzo: mi amiga Andrea, que conocí en un campamento por las notas en Tenerife cuando estaba en cuarto de la ESO, fue destinada a Austin (Texas) por unos meses y vino de visita a Houston. Vimos toda la ciudad, fuimos al Rodeo, vimos a Pitbull en concierto y la llevé al mejor sitio de hamburguesas de aquí. Después pasamos el finde en el hotel que se estaba quedando en Austin, al lado de la mítica 6th Street (calle más famosa de la ciudad por el ambiente que tiene, llena de bares y puestos para comer). Vimos toda la ciudad y uno de los días en los que les tocó trabajar, alquilé una bicicleta, me fui de ruta por la ciudad y acabé en unas piscinas guapísimas. Una vez más, agradezco a Andrea su hospitalidad y contento de haber vuelto a pasar tiempo juntos después de tanto. Lo pasé genial y me quedé enamorado de Austin. Un oasis en Texas, parece que rompe la dinámica tradicional y conservadora del Estado y que va en línea con su lema: "Keep Austin Weird" ("mantén Austin rara").
Abril: final del semestre y estresado a más no poder con las clases. Inesperadamente, me dan un premio a mejor estudiante del máster y ganamos la final del torneo interno de fútbol con un gol mío en los últimos minutos (suerte la mía).
Mayo: en mi última noche en la universidad intentan entrar a robarme al apartamento, yo me levanto como loco a mirar quién es y no veo un carajo porque no tengo las gafas o lentillas puestas. Aún sabiendo que estoy detrás de la puerta hablando, el tío sigue insistiendo forzando la puerta. Voy a buscar las gafas y cuando voy a mirar ya no hay nadie. Me salgo a la calle a buscar, vete a saber porqué me dio por ahí y no veo nada. Me vuelvo a la cama y en dos horas, tengo una llamada de mi amigo Jony (amigo de toda la vida de mi ciudad), que había llegado a San Francisco para el viaje que llevábamos ya planeando por unos cuantos meses.

Dejo el apartamento, cojo el vuelo a San Francisco y cuando llego a recoger a Jony y me lo encuentro me llena una felicidad tremenda. Encontrarme a uno de mis mejores amigos en EEUU, después de no haber visto a mis amigos sino en fotos y con todo el viaje que quedaba por delante no tenía precio, bueno, sí lo tenía, pero era mejor no pensarlo.

Cada día de este viaje merecería una entrada de este blog y si me apuran un poco, hasta un libro podría haber salido también. Lamento no haber escrito todas y cada una de las cosas que nos pasaron pero aquí va un pequeño resumen:

San Francisco: Jony se vuelve loco al ver los 20 mil sabores de las galletas Oreo y M&M's, recorremos toda la costa como por 6 horas, rodeados de mar pero sin ningún sitio para comprar agua y muertos de hambre. Como locos, viendo lugares de película y Jony diciéndome "por aquí pasé yo fleje de veces en el Grand Theft Auto". Probamos la famosa cadena de hamburguesas en California "In & Out" y fuimos a comer a algunos de los lugares que aparecen en "Man V. Food" ("Crónicas Carnívoras"). Estar en la playa debajo del puente Golden Gate fue sin duda lo más impresionante.
Los Ángeles: Paseo de las estrellas, Observatorio Griffith, Hollywood, los caserones de Beverly Hills, y sentirte como en la serie de los Vigilantes de la Playa en la playa de Venice y Santa Mónica fue de lo mejor incluyendo la subida al signo de Hollywood.
Las Vegas: Sin duda, por todo lo que pasó, la mejor parte del viaje si tuviera que escoger una. Vamos a empezar porque nos quedamos en el MGM por un ofertón que encontré, que cuando llegamos nos ofrecieron una mejora de habitación porque les di una propina (algo que me habían contando y que funcionó). Segundo porque primer dólar que pusimos en la máquina, ganamos 30. Tercero porque ya al final de una noche entre casino y casino, con 10 dólares de los 50 que nos habíamos propuesto gastar por noche, ganamos 550 en una ruleta llena de ingleses y un tío de Colombia, ¡el Filipino a cargo de la mesa nos dio suerte! Y ya, por si fuera poco, en la última noche vamos a un concierto de Akon y 50 Cent, en el que un fenómeno de Utah que conocimos en la fila, nos invita a un reservado de 2000 dólares y nos hizo tener la mejor fiesta de nuestra vida. Y como en las pelis, ¡¡la discoteca llena de billetes lloviendo de gente que los tiraba!!

Gran Cañón: termina el concierto, llegamos a las 5 de la mañana a casa y a las 6 ya estábamos saliendo al Gran cañón, sin dormir y me tocaba conducir 7 horas. Pasamos todo el día por allí, empezó a llover y como era poco, nos metimos por una ruta extraña en medio del desierto y reventamos todo el parachoques trasero del coche de alquiler. Jony le hace un apaño al coche con cinta americana y acabamos volviendo de noche por carreteras secundarias/terciarias (de 200 o 300km cada una) de Utah, Nevada y Arizona que parecían propias de la ruta de los extraterrestres y Breaking Bad. Todo esto sin haber todavía dormido, con la adrenalina a tope, viendo mil cosas que a lo mejor ni existían y tensitos como cometas porque las únicas luces que habían en el desierto eran las del coche y las de alguna casa aislada. Por fin llegamos al aeropuerto, no nos cobran nada por el destrozo del coche y vuelta a España.
Junio: llego a casa, estoy dos semanas y me voy a Madrid a trabajar al campamento durante un mes. A pesar de que hay alguna que otra persona nueva y algunas ausencias, siempre es un placer volver a estar allí, con gente a la que aprecio mucho y disfrutando como si fuera uno de los niños. Aprovecho los días libres para estar en Madrid, ciudad que tanto me gusta. También la graduación de prima en Madrid con gran parte de la familia.
Julio: vuelvo a casa por 3 semanas, vuelvo a disfrutar de la familia, amigos y tiempo para leer solo por placer y no para tener que entregar trabajos o preparar exámenes. Durante este tiempo empiezo a pensar en si hacer el Camino de Santiago (que ya llevaba tiempo pensando hacer) o hacer algún viaje a Grecia y Croacia. Comentándolo con mi amigo Jonás, acabamos yendo ahí. Estuvimos finalmente en Atenas y en la preciosa isla de Santorini en Grecia. En Croacia, alquilamos un coche para ver Split, Dubrovnik e ir al Parque Nacional de Krka (lo mejor del viaje sin duda). También hicimos una corta parada en la ciudad de Neum en Bosnia y Herzegovina.
Agosto: volví a casa y como no me habían llegado los papeles del visado, lo que en teoría iba a ser una vuelta de 3 semanas, se extendió dos semanas más, lo que suponía que iba a llegar dos semanas tarde a mis clases en Houston (yo "preocupado"). Más tiempo para estar juntos en familia y amigos y volver aquí con más fuerzas. 

Y como esta entrada ya se está alargando más de lo normal, aquí la dejo y ya volveré a escribir para contar cómo va este primer mes y poco de mi segundo año en Houston.

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