domingo, 30 de marzo de 2014

Merecen la pena


Trabajar en inmersiones lingüísticas es sinónimo de trabajar 16 horas al día, de levantarte a las 8 y acostarte a las 12. Es sinónimo de dar clases, de cantar, de jugar, de reprender, de animar, de bailar, de reír, de querer lo que se hace... 

También es sinónimo de adaptación y flexibilidad, semana tras semana cada grupo trae un nivel diferente de inglés, comportamiento, demanda…. y por mucho que lleves en ello siempre salen imprevistos o situaciones que te obligan a adaptar y modificar rutinas o actividades, entre ellos, la meteorología. 

Sinónimo de organización, comunicación y sobre todo, de compañerismo. He tenido y tengo la suerte de trabajar con gente maravillosa, que cada día aprecio más, de las que aprendo día a día y a las que trato de aportar todo lo bueno que tengo. Consciente de que la variedad de roles y personalidades es fundamental y necesaria dentro de un equipo de trabajo. 

Se trata de un trabajo de contrastes, mientras que hay semanas que tienes un grupo increíble, con ganas de aprender de todo a cada momento, activo, educado, motivado y divertido; hay otras que toca algún grupo poco motivado y costoso. Y aunque parezca que por momentos se nos haga un poco cuesta arriba y cansino, al llegar el último día, ves que te sorprenden con una carta, te dan un abrazo, lloran o te dicen que no quieren irse a casa. Ese es el momento en el que el esfuerzo, el cansancio y las horas...merecen la pena. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario